viernes, 8 de mayo de 2009

Vargas LLosa en clausura "La Libartad y La Vida"




A 40 escolares de El Alto
Vargas Llosa dicta clase sobre el alumno Vargas Llosa

Más de una hora de charla compartió Mario Vargas Llosa con los alumnos del colegio Félix Cipriano Coronel Zegarra.

El cadete del Leoncio Prado, el alumno de los colegios piuranos
Salesiano y San Miguel, el asiduo bañista del río Piura y cliente del ex cine teatro Variedades, volvió ayer a esta ciudad donde nació como escritor. En la Piura que le regaló las imágenes de la Casa
Verde, Palomino Molero, la Mangachería, Mario Vargas Llosa, se sometió a las preguntas de cuarenta escolares de secundaria.

por:Lucas Jiménez

A los cuarenta alumnos de El Alto tal vez les pasa lo contrario que al profesor. Mientras él vuelve a ser niño al verlos uniformados, ellos parecieran jugar en secreto a ser universales, y tan estrellas como ese abuelo de 73 que parece de sesenta.
Los papeles seguirán invertidos. El maestro se describirá como lector de diez años, enemigo de las matemáticas -“huraño y callado”, según su contemporáneo Ricardo Artadi- ; mientras los diez primeros puestos de segundo, tercero, cuarto y quinto grado del colegio alteño Félix Cipriano, pedirán recetas para vencer la temible hoja en blanco y de cómo meter a todo un país en las páginas de una novela.
“Sí me gusta escribir”, susurrará Diego Alejandro Portocarrero Mantilla, sin animarse a decírselo al escritor. Su voz de gallo, a los 14, dice que a lo mejor algún día sea como ése que está adelante. O tal vez no. De todos modos ya leyó la Ciudad y Los Perros y ya se imagina un romántico Varguitas. No lo niega. Y aunque no escribe novelitas eróticas, ni cartas de amor como el ex alumno del Leoncio Prado, sus renglones siempre navegan en el periódico mural del colegio alteño. Diego ama escribir y hasta ha pensado poner a su padre en las líneas de una historia.
Diego sufre este ataque de ilusión en medio del encuentro cultural Café con Prosa, propiciado por Petrobras, con el objetivo de acercar el arte y la cultura a toda la sociedad. La cosa es así: Pedro Grijalva que es alteño y gerente general de la petrolera, les ayudó a hacer realidad el sueño, escuchar una clase sobre Vargas Llosa, dictada por Vargas Llosa, de carne y hueso, con firma de libros incluida. El diálogo es dirigido por el analista político Alfredo Barnechea, que a veces les ayuda a preguntar.

Malo en matemática
¿Era buen o mal alumno?La camisa y pantalón de señor importante que luce hoy (ayer), dista mucho de la imagen que el propio MVLL reconstruye de su niñez: “Matemáticas era mi cuesta arriba… entonces no era bueno en ese curso. Me gustaba la gramática porque siempre había textos literarios, pequeños cuentos, poemas”.

Todo empezó leyendo
¿Cómo descubre su vocación?
“Creo que todo empezó con la pasión de la lectura. Empecé a leer a los cinco años, en Cochabamba (Bolivia). Mi madre era una gran lectora. Ella me alentó mucho la lectura desde chiquito. La mejor cosa que me ha pasado en la vida es aprender a leer, significó que el mundo se enriqueciera extraordinariamente. No sólo leía libros de aventuras, los vivía. Era una manera de viajar por el mundo, no sólo por la geografía, sino en el espacio, al pasado, al futuro. En la secundaria, cuando regresé a Piura en el año 1952 para hacer el Quinto Año en San Miguel ya escribía mucho y ya tenía la tentación de ser escritor.

Consejo de maestro
¿Por qué es importante leer?
“La lectura es una forma de felicidad extraordinaria, de diversión, de placer. Está al alcance de todos los que han aprendido a leer. Si ustedes saben leer, su vida se enriquece, se vuelve más intensa, la imaginación se estimula. Yo siempre quise que mis hijos fueran buenos lectores y me valí de toda clase de recursos. Por ejemplo, los sobornaba, si leían dos horas sentados en mi escritorio conmigo, les duplicaba las propinas. De los tres hijos, tuve suerte con dos, y creo que me agradecen haberles inculcado la pasión por la lectura, el tercero no resultó tan lector. Una persona que ha leído mucho y bien, es alguien que ha conquistado muchas cosas en la vida. Una es dominar bien el lenguaje que hablan 400 millones de personas en el mundo”.

Caminos diferentes
La clase “vargallosiana” ha terminado con una hilera de escolares cada uno con un Lituma en Los Andes bajo el brazo. El maestro ya no es niño. Luce tremendamente célebre, impecablemente famoso, mientras escribe dedicatorias con firma para cada uniformado.

-¿Qué sentiste al darle la mando a tu ídolo? Le pregunto a un Diego paralizado. Apenas si habla cuando me dice que sintió emoción. Y que ahora más que nunca, ese circunspecto señor que fue anónimo bañista del río, es su escritor favorito.
- Y te animarás a ser como él
- No creo… es muy difícil.
Parece que estrecharle la mano le hizo verlo demasiado inalcanzable. El Varguitas del Alto acaba de tirar la toalla. Un segundo apagón en el auditorio de la Pinacoteca Municipal, en plena charla, parece haber vuelto las cosas a su cauce normal. El Vargas escolar ya no quiere ser famoso, la ve difícil. El divo en cambio ya no tiene miedo a su papá. Y acaba de anunciar que quién sabe vuelva a escribir una nueva historia de Piura.

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